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El Humanismo psicológico y la educación

Introducción

Si se ve la realidad humana desde una perspectiva de la dialéctica  hegeliana, el hombre es un ser inmerso en el proceso histórico, proceso en el que buscara la verdad por medio del pensar, y en este devenir la “verdad” es cambiante, y estará condicionada por los paradigmas ideológicos de su tiempo. En un momento se considera como verdad una propuesta, después otra la niega, para después recuperar lo negado y la negación en un interminable progreso hacia una veracidad que parece inalcanzable, pero que se consigue al visualizar el todo, el proceso (Hegel, 1807).

En esta búsqueda por el saber, el hombre busca piso firme, puntos de partida y de llegada, el hombre desarrolla paradigmas, teorías cuyo núcleo central se acepta sin cuestionar y que suministra la base y modelo para resolver problemas y avanzar en el conocimiento, aunque después las necesidades de los cambiantes tiempos hagan mudar lo establecido.

En la psicología educativa, o psicopedagogía, que es aquella disciplina científica que centra su intervención en los procesos de orientación y de enseñanza-aprendizaje que se desarrollan a lo largo de toda la vida, tanto con personas, como grupos e instituciones, que también se puede entender como una simbiosis de los ámbitos pedagógico y psicológico con el objetivo de optimizar la eficacia de la intervención con individuos y grupos (Picardo y col., 2004, p.319) y para llevar a cabo esta labor, también se ha valido de los diferentes paradigmas desarrollados a lo largo de la historia por las escuelas del pensamiento psicológico.

En el presente trabajo expondré ante todo una postura que en lo  personal me parece que presenta una visión integral, coherente y lógica, de la rica y compleja dotación del ser humano, hablare de la Psicología humanista como nuevo paradigma psicológico, de sus antecedentes, iniciadores, y aportes a la psicología educativa.

Visión Grosso Modo del humanismo

Aunque en el pensamiento filosófico el humanismo se viene fraguando desde los albores de la cultura griega,  como paradigma psicológico nace en los Estados Unidos de Norte América a mediados del siglo XX, como una respuesta al conductismo y al psicoanálisis, que dominaban la disciplina con influencia notable de la ciencia físico-natural, con tintes un tanto mecanicistas y reduccionistas, donde se veía al hombre según su mera conducta o solo con intereses clínicos, dejando permear como en el caso del psicoanálisis una actitud demasiado pesimista ante la situación humana.

El humanismo influido por los sentimientos producidos por la historia del contexto en que nació, y la sociedad Estadounidense de la época, Critica la deshumanización que la sociedad industrializada, las guerras y la moral hipócrita que no solo dominaba el ambiente, sino que permeaba la psicología. En este contexto Maslow, considerado padre del movimiento y los demás representantes y divulgadores: Allport, Moustakas, Murphy, Bengental, May y Rogers, intentan dar un giro teórico y metodológico ante el tradicional proceder del actuar de la psicología hasta el momento.

El Humanismo aunque sin un método unificado y trasfondos filosóficos variopintos, seguirá un mismo lineamiento de contrarrestar el influjo de una psicología atomista, reduccionista y mecanicista, intentara estudiar la persona desde sus procesos integrales básicos, viendo al hombre como una totalidad , un ser integral en constante desarrollo y como fuente misma de este desarrollo, donde las partes que lo integran no lo definen sino hasta que están insertas en el contexto de la totalidad de su realidad y giran alrededor del núcleo central del “yo” de la persona, donde lo que motiva la conducta no solo es cuestión de agentes externos o situación social, sino de su reflexividad, autoconciencia, libre albedrio, intencionalidad y el deseo incansable de autorrealización.

Desde estas ideas intentara plantar cara a la tradición psicológica. Aunque sin un método unificado y con divergencias ideológicas, se sostendrá y alcanzara aceptación por la intención de dar el giro hacia el estudio de la complejidad del hombre asumiendo es complejidad y no dejándola de lado ni reduciéndola.   (Hernández, 1998, p. 100-104).

Sustento filosófico del humanismo

No hay producción científica, literaria o acción humana que no se haya fraguado en un contexto histórico, cultural e ideológico, el humanismo en psicología no es la excepción pues hunde sus raíces y se nutre de el pensamiento filosófico humanista clásico y medieval de Tomas de Aquino, Leibniz  y Rousseau, el existencialismo de Kierkegaard y Sartre así como de la fenomenología de Husserl, donde el asunto de la naturaleza y existencia del hombre es central.

El existencialismo por ejemplo pone mucho énfasis en la cuestión de la libertad y de cómo las acciones del hombre lo constituyen y conforman su personalidad, desembocando así en la cuestión de la responsabilidad por las acciones realizadas.

La fenomenología por su parte pone énfasis en la subjetividad de la persona y como alrededor de esta subjetividad se construye una realidad única y personal, donde la conducta responderá a esta visión particular del individuo, que ha construido su realidad y se mueve según los principios que el mismo ha puesto en ella.

A partir de estas concepciones ideológicas el humanismo intentara, asumir la totalidad de lo que a la persona comprende, la subjetividad desde que esa personalidad ha sido construida, e incluir todo esto en una teorización integral que pueda entender las problemáticas del hombre sin caer en objetivizaciones reduccionistas de los anteriores paradigmas psicológicos. (Hernández, 1998, p. 101-103).

Humanismo: Método y tendencias

No cabe duda que el humanismo se ha dedicado a hacer una crítica a las metodologías positivistas y reduccionistas, pero poco se ha dedicado a proponer nuevos métodos o formas de abordar la problemática, en cuestiones metodológicas nos muestra un panorama variado de tendencias, de las que se destaca el enfoque holista de Maslow, en orden al estudio de los procesos psicológicos, donde el estudio del hombre es visto como un sistema organísmico o sistema abierto como dice Von Bertanlaffy en su teoría general de sistemas (1976) donde la personalidad está influida por razones varias que no responden como en la ciencia físico-natural a causas de una solo dimensión.

En oposición a los métodos con tendencias de cuantificar y cualificar en el estudio psicológico, hay humanistas que proponen un estudio del sujeto desde su propia subjetividad, para así entender el por qué de su actuar.

En cuestiones metodológicas queda a un mucho camino por recorrer para los psicólogos humanistas, ya que no se ha investigado genuinamente desde estos enfoques, dejando tarea para los apegados a este paradigma.

Humanismo y educación

Aunque la psicología humanista es de carácter fundamentalmente clínico, desarrolla también un planteamiento pedagógico, donde defenderá los ideales que sostiene ante la educación tradicionalista norteamericana de tono deshumanizador y de freno ante el desarrollo personal de los estudiantes.

En este campo psicopedagógico destaca Carl Rogers con sus planteamientos en torno a una educación integral donde no se deja de lado los ideales de autorrealización y afectividad de los estudiantes, donde ellos mismos construyen su personalidad, se definen como son y como pretenden ser.

Carl Rogers propone un enfoque centrado en el alumno en orden a la educación integral donde se debe propiciar lo afectivo, poniendo énfasis en la necesidad de ambientes cálidos, socioafectivos dando gran importancia a la cuestión del aprendizaje vivencial.la comunicación debe ser interpersonal , aprender de los errores. Plantea la colaboración en el grupo y un intercambio de conocimiento entre los alumnos donde el maestro es un facilitador de este conocimiento (Sánchez y col., 2009, P.p. 11-12). También pone énfasis en la responsabilidad del alumno en cuestión de aprendizaje, y para ello hay que propiciar un ambiente que fomente la iniciativa y la autodeterminación, es decir el docente debe permitir que los alumnos aprendan, rompiendo así con los métodos tradicionales tildados de inflexibles y cuadrados.

Papeles del alumno y el profesor en el humanismo

El humanismo ve al alumno como un ente individual, único y diferente, que debe ser respetado y potenciado, está dotado de iniciativa, y tendencias hacia la autorrealización y al momento de enseñarles se les debe ver como personas totales y atender a sus intereses, aspiraciones e intereses particulares.

El maestro es un facilitador del conocimiento, que basa su relación con el alumno en el respeto, debe interesarse por el valorando su totalidad personal, fomentando el espíritu cooperativo rechazando posturas autoritarias y egocéntricas, salvaguardando la libertad del alumno, y haciendo que el alumno participe para tender así hacia un aprendizaje significativo que involucra el dato académico y el aspecto sentimental de la persona.

Para ello el profesor no debe seguir recetas sino tomar las decisiones según los momentos particulares que se vayan presentando, tendiendo así a la innovación, ideando programas flexibles que propicien autonomía y a la vez cooperación entre los alumnos, plantearle también problemas con los que realmente se enfrentaran o puedan interesarle, proporcionarle los recursos para su autoformación y hacer acuerdos con este donde ambos se responsabilicen libremente de su parte en el proceso de la enseñanza, seleccionar temas de investigación que fortalezcan la futura acción de este.

Y si el proceso de enseñanza ha sido de autoformación y autoenseñanza, la evaluación tiene que ser autoevaluación, donde el profesor debe enseñar al alumno a autoevaluarse objetivamente según los diferentes aspectos de su formación.

Conclusión

Aunque en lo personal creo que el humanismo rescata para la psicología un enfoque más centrado sobre su objeto de estudio, no está del todo constituido, falta aun trabajo por definir en cuestiones de método, cosa que es difícil al momento de querer salvaguardar aspectos como libertad, autonomía y subjetividad del alumno, y aun que me parece admirable la manera en que planta cara a la deshumanización llevada a cabo por la psicología precedente, no aporta soluciones que realmente solucionen la problemática del individuo ni con una metodología, ni con una teoría unificada.

Hay mucho trabajo por hacer, y corresponde a todos aquellos interesados en la educación propiciar siempre un progreso, que lleve al individuo a alcanzar ese ideal humanista: la autorrealización, es tarea de profesores y alumnos colaborar para crear nuevas vías que mejoren las técnicas de aprendizaje, y la calidad de este.

El proceso del conocimiento es interminable y en el proceso de la historia cada pensamiento, por pequeño que parezca aporta un paso más en el progreso de la humanidad, que vista como un colectivo tiende al orden y al bienestar y vista como individuo lo hace hacia la felicidad y autorrealización.

 

Bibliografia

Hegel G.W.F, Phänomenologie des Geistes, Alemania 1807.

Hernández Rojas Gerardo, Paradigmas en Psicología de la educación, México 2002, Paidos. (Antología de psicología de la educación 1er semestre LCE FACE UAS).

Picardo O, Escobar J.C, Balmore R.,  Diccionario Enciclopédico de las Ciencias de la Educación, El Salvador 2004, CIE García Flamenco. Disponible en: http://es.scribd.com/doc/63705410/Diccionario-de-Ciencias-de-La-Educacion

Sánchez M.C, Ramirez L.M., Alviso G., Cuadro comparativo- Paradigmas Educativos, México 2009, Centro de Estudios en comunicación y tecnologías educativas. Disponible en: http://etic-grupo10.wikispaces.com/file/view/14863409-PARADIGMASEDUCATIVOS.pdf

Reflexión sobre el pensamiento de Juan Amós Comenio en su obra “Didáctica Magna”

Introducción

En su obra Didáctica Magna Juan Amós Comenio, plantea una revolución educativa, haciendo un análisis del hombre, de la educación de su época y de los fines de esta, así como una crítica a la enseñanza del tiempo que le toco vivir. Basa su tratado en la premisa de que el hombre es una criatura a imagen y semejanza de Dios: racional, disciplinable, y de que como tal debe ser tratado y formado. La educación y la disciplina serian los que dan al hombre su “humanidad”. Para lograr esta humanización del hombre persigue como ideal una triada: sabiduría de entendimiento, prudencia de actuar, y piedad de corazón.

En este escrito tratare de plasmar los aspectos que más nos competen en el campo de la educación y de las humanidades y que pueden así aportar elementos para una posterior reflexión sobre su pensamiento.

Capítulo I: Exposición Antropológica desde la perspectiva de Comenio

Al momento de querer crearnos una visión del pensamiento de Comenio sobre el hombre, tenemos que tomar en cuenta los diversos aspectos temporales, culturales, y religiosos en los que este se desenvuelve, tratar de analizarlos no con un criticismo anacrónico y fuera de contexto, sino valorando su esfuerzo, no se les puede exigir a los pioneros del pensamiento pedagógico que nos ofrezcan una visión del todo completa y actual sobre el hombre , pues tuvieron no solo la tarea de pensar sobre el hombre y su enseñanza, sino la de desarrollar todo un lenguaje para hablar de ello.

El hombre y Dios

Para Comenio como para la gran mayoría de las personas de su época, el aspecto religioso era el que regia la totalidad de la vida, desde las reflexiones intelectuales hasta el más mínimo aspecto en la praxis de la vida diaria, así que es imposible desligar a Comenio y su obra del lenguaje religioso que al ser clérigo protestante de la religión morava, emplea en sus escritos.

En su persona era importantísimas sus convicciones morales, el pertenecía a una región y religión que lo marco profundamente y forjo en él la visión que le permitió realizar su obra:

«Juan Amos tomó de los Hermanos Moravos el sentido profundo de la religiosidad, de la dignidad del trabajo y de la ayuda mutua que constituían, con el amor de Bohemia, la base esencial de su doctrina. El esfuerzo que tuvo que hacer para recuperar su tiempo perdido y el mal recuerdo de las escuelas precariamente organizadas lo inclinaron hacia una pedagogía mejor, hacia una enseñanza accesible a todos».

Considera que el hombre posee una capacidad que lo dota de excelencia: esta es  la mente, dada por Dios para apreciar la creación de Dios e ir desarrollando su inteligencia. El hombre al ser imagen de Dios según la biblia es

un ser racional y posee una dignidad que está por encima de cualquier otra criatura terrena que proviene de la misma imagen de Dios que está en él, por esto al educarle, formarle, y disciplinarle es imprescindible verle como tal y lo explica clara mente cuando dice: « No hay que guiar con voces, cárcel o azotes a la criatura racional, sino con la razón. Si se obra de modo contrario, redunda en injuria e Dios, que puso en ellos igualmente su imagen, y las cosas humanas estarán llenas, como lo están, de violencias e inquietud ».

Para él la relación con Dios estará siempre en su obra y pertenece a sus famosas “triadas” donde pone a la piedad, como una de las virtudes que tiene que tener el ser humano, y si se educa para los aspectos más vanos y terrenos, ¿Cómo no educar para los más excelsos?, habla de cómo la educación debe hacer al hombre un sincero adorador de Dios, la delicia de su creador y que la perfección del hombre se encuentra en la imitación de Cristo, el más perfecto de los hombres.

En conclusión desde el punto religioso Comenio ve al hombre como un ser excelso, cuya dignidad viene de Dios, que a la vez es su ejemplo a seguir en su formación y su fin en cuanto a realización.

El hombre como animal disciplinable

Comenio aunque le concede al hombre una dignidad tal por ser imagen de Dios, no considera que este manifieste tal humanidad de nacimiento, la humanidad estaría en él como potencia y no como acto, para que esta humanidad se haga patente en el hombre es necesaria la educación, y que para hacer brotar esta humanidad la naturaleza ya ha puesto en el unas semillas que son la Ciencia, honestidad y religión, pero estas serán solo potencialidad hasta que por medio del ruego, el aprendizaje y la practica germinen en el hombre configurándolo como tal.

Por esto Comenio define al hombre como “animal disciplinable”, y pone en la disciplina toda la esperanza de la formación del hombre y su realización como tal.

La educación y la disciplina deben empezarse lo antes posible, de preferencia en la niñez, pues es la etapa en la que se puede corregir mejor los defectos y encausar hacia el bien al niño, «la condición  de todo nacido es que mientras esta tierno fácilmente de dobla y conforma; si se endurece resiste el intento […] para que el hombre pudiese formarse para la humanidad le otorgo Dios los años de la juventud, en los que inhábil para otras cosas fuera tan solo apto para su formación», y siguiendo estas ideas considera que los casos problemáticos son mas corregibles entre más pronto se le exponga a la disciplina, que para este momento debemos entenderla no como violencia, ni castigo recordando la idea tan grande que tenia sobre el hombre, sino como la educación y  atención paciente que se le otorga la persona en pos de su formación.

Igualdad de todos los individuos del género humano

Otro aspecto sorprendente de la figura de Comenio es su adelanto en cuanto a ideología Social, considerando que todos los seres humanos sin importar sus capacidades intelectuales, sus aptitudes, o su sexo merecen una educación, de ahí ese idea tan proclamado por él y por sus seguidores “educación para todos”, para ello se fundamenta de nuevo en sus ideales cristianos diciendo:

«Por que todos lo que han nacido hombres lo fueron con el mismo fin principal, a saber para que sean hombres; esto es creaturas racionales, señores de las demás creaturas, imagen expresa de su creador […] no es obstáculo que algunos parezcan por naturaleza idiotas o estúpidos […] no existe ninguna razón por la que el sexo femenino deba ser excluido en absoluto de los estudios científicos».

Por lo tanto se ve la coherencia de su pensamiento en toda su obra, pues no solo habla de la dignidad de ciertos hombres, sino de todos, sin importar agentes externos que lo hagan diferenciarse de los demás, todos son ante la

mirada de Dios y ante la de Comenio iguales. En este caso Comenio sería un pionero no solo de la pedagogía sino también de la igualdad de género y de el apoyo a personas con capacidades diferentes.

El hombre y la virtud

La virtud ha sido un tema en permanente uso desde la época de la Grecia clásica, y es fundamento para todo actuar humano que se diga humanista, en Comenio no solo no está ausente, sino subyace como trasfondo de la totalidad de su obra y como motivación del enseñante y el alumno.

Como dijimos anteriormente Comenio consideraba que la virtud venia implícita como una especie de semilla en el hombre, pero que solo germina cuando este es educado para desarrollarla; uno de sus objetivo es hacer del hombre un ser honesto, de buenas costumbres, un ser que ame la virtud y que se rija por ella, «Diadema de oro en rostro de puerco es la erudición en hombre que desprecia la virtud.[…] Ambas (ciencia y virtud) completaran la perfección», solo por medio de esta virtud y de un buen método se corrigen los defectos del espíritu. La naturaleza humana se tambalea entre un pecado original que lo orilla al mal, y su ser como imagen de Dios que lo hace tender al bien, solo la virtud hará que alcance su fin último que sería la felicidad, un fin querido por Dios para el hombre, mas no siempre alcanzado por una mala educación.

Eudaimonía: la felicidad como fin último del hombre

Todo ser tiene una tendencia natural a la auto realización, el tema de la felicidad es tan antigua como el pensamiento mismo, los griegos la llamaron Eudaimonía, Aristóteles la ve como la busque da del bien “una actividad del

Alma según la virtud”.

En Comenio la felicidad, una felicidad que radicaría en la consecución de la triada: erudición, virtud y piedad; solo el conocimiento hace posible el amor, y solo estos dos son posibilitadores de la felicidad, ambos aspectos cuando impregnan esta realidad tríadica hacen del hombre un ser pleno, la erudición lo hace

conocerse, conocer su entorno, y conocer sobre su Dios, la virtud, lo impulsa a obrar correctamente en relación consigo, con los demás y con su Dios, y la piedad que es la praxis religiosa, lo posibilitara a hacer las cosas por amor a Dios.

En esta ultima Comenio centrara la realización de la felicidad: « aprenderán a ver a Dios en todas partes, a alabarle por doquier, a amarle siempre; y por lo mismo pasaran mas alegremente esta vida pesada y aguardaran con mayor deseo y esperanza la vida eterna». Como en todo el pensamiento cristiano la felicidad completa no se alcanza en totalidad en la vida terrena pues esta solo es realizable en el paraíso, al participar de la visión beatifica de Dios, sin embargo, Comenio no descarta, como otros pensadores lo hacen, la idea de una participación ya en la tierra como adelanto a la participación de la felicidad eterna.

Capítulo II: Aportes de Comenio a la enseñanza

Didáctica Magna es una obra rebosante de humanismo, que choca con las ideas escolásticas de su tiempo, que pone al hombre en su lugar, poniendo al alumno, y no al maestro ni a la enseñanza misma, como centro de del proceso educativo; en Comenio no es un educar para “hacer algo”, desempeñar un cargo o simplemente la memorización de datos académicos. Comenio pretende educar para la vida, ¿de que sirve pasar la vida en las aulas si no se vive?, la educación es una preparación para ese vivir, de manera que ninguna situación pueda sorprendernos al enfrentarnos a ella.

 

Formación conjunta de todos los jóvenes en las escuelas

Comenio sostenía que la juventud se desarrolla mejor entre la juventud, de cómo se tenía que educar juntos tanto a ricos como a pobres, a varones y a mujeres, es que la educación era necesaria para el correcto desarrollo del individuo por lo tanto nadie debería estar excluido de ella.

Cuando se educa a toda la juventud, obtienen grandes beneficios en provecho del estudiante, es bien claro que el ejemplo de los demás niños ayudara a quien aun no explota todas sus capacidades a salir adelante, si ordenas a un niño que haga algo, difícilmente lo hará, pero si ve que otro lo hace lo imitara sin que se lo mandes.

 

La universalidad de contenidos en la enseñanza

Comenio estaba preocupado por una educación en todos los aspectos fundamentales de la vida humana, y esta educación debe ser universal, es decir contener enseñanzas sobre todas las ciencias y las artes:

«Por tanto, todos los que hemos venido a este mundo, no solo como espectadores, sino como tambien como actores, debemos ser enseñados e instruidos acerca de los fundamentos, razones y fines de la principales cosas que existen y se crean. Y hay que atender a esto y especialmente atenderlo para que no ocurra nada, durante nuestro paso por este mundo, que no s sea tan desconocido que no lo podamos juzgar modestamente y aplicarlo con prudencia a uso cierto sin dañoso error».

En el plan de enseñanza de Comenio tratando de abrazar esta universalidad, se centra en cuatro aspectos que no solo se deben reducir a la escuela, sino a la realización en la vida de las personas:

  1. Se instruyan los entendimientos en  las artes y las ciencias
  2. Se cultiven los idiomas.
  3. Se formen costumbres con suma honestidad.
  4. Se adore sinceramente a Dios.

Y concebía que las escuelas eran talleres de la humanidad donde se buscaba que los estudiantes salieran como verdaderos hombres, y esto se lograría cuando se pusieran los esfuerzos en hacer de estos: sabios de entendimiento, prudentes en su actuar, y piadosos de corazón, para ello había que poner como fundamento: cosas que nos rodean, nuestra propia persona y el ejemplo de Cristo como perfección a la que hay que tender. En estos tres aspectos encaja la triada formativa de intelecto, costumbres y piedad o devoción a Dios, que para Comenio son indispensables como realización de la educación y otorgación de elementos para afrontar la vida futura del alumno.

También hace referencia a la triada de entendimiento, voluntad y memoria como potencias del alma y  que son las que dirigen el actuar humano y lo llevan al

fin antes mencionado, la felicidad, que se manifestaría en los tres adornos del alma: erudición, virtud y piedad, que a la vez constituyen un triple fin en si mismas: el servicio de Dios, el de las creaturas y el de nosotros mismos y gozar así de los bienes que provienen de Dios, de las criaturas y de nosotros mismos.

EL método como medio de una buena enseñanza

En el método Comenio centra no solo el buen camino de la educación, sino todo actuar humano cuyo esfuerzo tienda a la perfección, después enuncia como tiene que ser método, un método único que instruya y forme a la juventud, y enuncia tres características que ha de tener el método:

  1. Todos los hombres han de ser encaminados a los mismos fines de ciencia, costumbres y santidad.
  2. Todos los hombres, sea cualquiera la diferencia que presente en sus cualidades, tiene una única e igual naturaleza humana dotada de los mismos órganos.
  3. La expresada diversidad de cualidades no es sino excesos morbosos de la armonía natural […] así el remedio más a propósito para los vicios del entendimiento humano será un método tal que los excesos y defectos de espíritu se compensen y se ordenen todas las cosas a la consecución de la mayor armonía y concierto.

El método de Comenio pone al hombre y la consecución de un mayor bien para este, seria el encargado de regular la disciplina que se le aplique al hombre, la enseñanza, y la formación, sin perder nunca la impronta humanista y cristiana que tiene la pedagogía de Comenio.

Capítulo III: Critica y reforma a la escuela

Comenio considera imprescindible cambiar la manera de enseñar, la escuela de su tiempo era dominada por el ambiente escolástico, que aun que logro grandes avances en tiempos posteriores, se encontraba en decadencia en la baja edad media, y quienes sufrían eran los estudiantes, además que proclamaba una educación para todos, la buena formación de docentes que educaran a la juventud, y que el estado se encargara de crear y mantener escuelas para la educación de las nuevas generaciones.

La carencia y necesidad de escuelas

Comenio plantea un problema: las escuelas que hay no son suficientes, es necesario hacer llegar la educación a todos lados, para que todos los hombres puedan formarse como tales y adquieran las herramientas necesarias para su desenvolverse en la vida diaria e inspirado por Martin Lutero dice:

«Que en todas las ciudades, plazas, y aldeas se creen escuelas para educar a toda la juventud de uno y otro sexo; de tal manera, que aun aquellos que estuviesen dedicados a la agricultura o a los oficios, acudiendo diariamente a escuela durante dos horas, se instruyese en letras, costumbre y religión […] que se establezcan las escuelas con algún método, mediante el vual, no solo no se les haga huir de los estudios , sino que, por el contrario, se les atraiga con toda suerte de estímulos».

También critica la situación de que solo los ricos podían tener acceso a la educación, mientras que el pobre solo podía acceder por medio de la caridad, además de que estas escuelas se encontraban generalmente en zonas urbanas y no en pequeñas localidades y aldeas, donde también se tenía derecho a la educación.

Vicios de la enseñanza en tiempos de Comenio

Para Comenio la educación de su tiempo, tenía una idea errónea de la disciplina, que la veía como coacción y corrección con castigos, además de tener un mal método que impedía el correcto aprendizaje, y donde el alumno era espantado por el conocimiento.

Además que solo enseñaban aspectos intelectuales, sin preocuparse por los aspectos de la moral y la piedad, haciendo así de los hombres sabios en cuestiones intelectuales, pero gente de costumbres insanas, con grandes tendencias a la soberbia y con escasa o hasta inexistente piedad.

Reforma y mejoramiento de las escuelas

Comenio pone al orden como centro fundamental de su reforma escolar, puesto que el orden para Comenio es el alma de las cosas, por lo tanto en la enseñanza deberá existir un orden entre la disposición de los tiempos, los objetos y el método.

En esta reforma se deben incluir todos los aspectos necesarios para disciplinar al hombre y formarlo para su fin, entre estos aspectos están: el de instruir a toda la juventud conjuntamente; educarlo en lo que lo puedo hacer sabio, probo y santo; evitar la coacción y los castigos; que el conocimiento sea verdadero y solido, no superficial y falso; evitar que la enseñanza sea fatigosa.

Además de defender que el estado y la iglesia deberían ser los encargados de  construir, y mantener las escuelas donde se forme a la juventud, así cono formar docentes capacitados para el ejercicio de la enseñanza.

Conclusión

Comenio no es un pensador despegado de la realidad, es un observador que concibe la realidad humana con sus grandes potencialidades y con sus grandes males, cree en el hombre, pero cree que solo educando al hombre se hará algo grande de él, la educación seria quien salvará al hombre condenado a una realidad de desigualdad y opresión.

Hay muchos profesores que no saben para que educan, Comenio sí que lo sabe, el educa para la vida, para hacer de las personas, gente capaz de enfrentarse a la vida y arrebatarle la felicidad; Comenio es un humanista que busca hacer visible la humanidad en el hombre, demostrando con su vida que no importan las penalidades de la vida si se puede con ellas cambiar al mundo, el luchar contra lo que está mal, no es una acción de locos, sino una acción de valientes, de personas convencida de sus ideales.

Como conclusión rescato de esta lectura la visión que el educador debe tener ante las situaciones de su profesión, una visión donde los contextos son variados pero la actitud de servicio a la sociedad debe permear el desenvolverse en el trabajo, las convicciones que el educador manifieste en su obrar, serán convicciones que el alumno aprenderá, solo se podrá mejorar la sociedad en la que vivimos empezando por los individuos,  y la palabra convence pero el ejemplo arrastra, solo con el ejemplo de nuestro obrar, cambiara el panorama para un mejor mañana.


 

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BIBLIOGRAFÍA

RABECQ María Magdalena “Juan Amós Comenio apóstol de la educación moderna y de la comprensión internacional” El correo de la Unesco, Noviembre 1957, n ̊11, año X, p.4.

 COMENIO J.A. Didáctica Magna. México, Porrúa, (ed.4) 1991,

El Príncipe de Nicolas Maquiavelo.

El Príncipe obra nos habla acerca de los tipos de principado y de que elementos usara el príncipe para mantener el poder en ellos, además de analizar la situación política de la época medieval que en el fondo no ha cambiado mucho.

Esta obra fue escrita durante 1513 y publicada por primera vez en 1532, cinco años después de la muerte de su autor. Dedicada a Lorenzo de Medici, al rededor del año 1532 , Maquiavelo describe a lo largo de veintiséis capítulos las cualidades necesarias para que un gobernante o “príncipe” asegure su poder.

En los primeros capítulos clasifica los tipos de principados, y las características y exigencias para ser conquistados o afianzar el poder ya existente en cada uno. Existen principados hereditarios –que son los más fáciles de conservar- y los nuevos, que si no son del todo nuevos, se llaman mixtos. Estos mixtos se caracterizan por la forma de adquirirse y que puede ser: por medio de las armas propias y talento personal –que son los más seguros-, por medio de armas y patrocinio de otros –que son inseguros-, por medio de crímenes y los últimos que son por medio del favor de los conciudadanos, que es llamado principado civil y que es impuesto ya sea por el pueblo o por los nobles, según que la “fortuna” se presente a unos o a otros. Concluye que un príncipe debe vivir en la nueva provincia para asegurar la posesión al identificar desórdenes a tiempo, integrar colonias y desaparecer por completo a la dinastía derrotada para evitar levantamientos, además de cuidarse de extranjeros poderosos que puedan intentar una revuelta o sublevación.

Cuando habla de los tipos de gobiernos, menciona dos: los asistidos por siervos, en el cual el príncipe tiene la mayor autoridad y tendrá asegurado la fidelidad de los súbditos si este no los oprime demasiado; y el asistido por nobles, que es muy inestable pues los nobles son siempre fáciles de sobornar por su descontento; el consejo que da Maquiavelo al gobernante es cambiar o crear nuevos nobles que le apoyen o sirvan en su ideal de mantener el poder.

Para gobernar sin problemas a una ciudad o principado que antes de la conquista era libre y se regía por sus propias leyes, dicta tres reglas: primero, arrasarlo, después, radicar en él; finalmente, regirlo por las leyes propias del pueblo, las que ya existian, obligarlo a pagar tributo e instaurar un gobierno con pocas personas de entre sus mismos ciudadanos.

Acontinuacion menciono algunos puntos interesantes en la manera de gobernar que Maquiavelo propone:

1. El gobernante que menos confía en la suerte conserva mejor su conquista.

2. Imponer nuevas leyes es difícil y peligroso, por lo que debe hacerse con habilidad.

3. Es fácil convencer al pueblo de algo, pero difícil mantenerlo en la convicción.

4. El príncipe nuevo debe deshacerse de enemigos, conquistar amigos, hacerse amar o temer de los súbditos, hacerse respetar y obedecer por sus ejércitos, disolver milicias infieles, reemplazar antiguas leyes y conservar la amistad de los poderosos.

5. Para conservar el poder, los actos criminales deben ejecutarse de una sola vez para evitar intranquilidad y desconfianza.

Maquiavelo decía que podemos medir las fuerzas de cualquier en base a: si un príncipe posee un Estado tal sea autónomo en su sostenimiento o si tiene que recurrir a la ayuda de otros, y esto último le resta poder y puede llegar a ser fatal para el principado. Se considera capaces de sostenerse por sí mismos a los que, o por abundancia de hombres o de dinero, pueden levantar un ejército respetable y presentar batalla a quien quiera que se atreva a atacarlos; y se considera que tienen siempre necesidad de la ayuda de otros aquellos que no pueden presentar batalla al enemigo en campo abierto, y que se ven obligados a refugiarse dentro de sus muros para defenderlos.

También habla de un principado mas estable: los principados eclesiásticos, que son fáciles de obtener por aquellos que pueden ser obtenidos (obispos, canónigos,abades, etc..), y mas fáciles todavía de conservar, dado que se apoyan en antiguas instituciones religiosas que son tan potentes y de tal calidad que mantienen a sus príncipes en el poder sea cual fuere el modo en que estos procedan y vivan.Estos son los únicos príncipes que no tienen la necesidad de defender susEstados, cuentan con súbditos sin grandes obligaciones para con ellos. Y estos Estados, a pesar de hallarse indefensos, no son arrebatados a sus príncipes, y los súbditos, a pesar de no tener un gobierno estable, no se preocupan, ni piensan que pueda sustraersele su soberanía. Son, por lo tanto los únicos principados seguros y felices.

Maquiavelo habla de la importancia de las leyes y de la milicia para regir el estado, los cimientos indispensables a todos los Estados nuevos, antiguos o mixtos, son las buenas leyes y las buenas tropas.

cuando habla de las diferentes tipos de milicia con que un príncipe defiende su Estado, dice que pueden  ser propias (las más seguras), mercenarias, auxiliares o mixtas (todas estas, inseguras pues son contratadas o prestadas y no garantizan fidelidad).

Si el príncipe posee un Estado, es estable y relativamente fácil de gobernar si es autosustentable , con un ejército respetable e integrado por sus propios súbditos, y cuenta con una ciudad bien fortificada. Sólo los principados eclesiásticos pueden prescindir de la milicia, pues su poder radica en la religión. El príncipe sólo debe preocuparse por su ejército, pues no debe delegar su control en nadie. En tiempos de paz, debe ejercitarse con la acción y con el estudio.

Al hablar de  las cualidades de un gobernante, Maquiavelo dice que aquellas virtudes apreciadas entre el común de la población generalmente resultan ineficaces en un gobernante; es mejor ser temido que ser amado, ser tacaño que practicar la magnanimidad. Por ello, el gobernante debe aparentar todas las virtudes, pero practicarlas lo menos posible y con inteligencia, evitando el odio de su pueblo a toda costa. Así, reflexiona en la necesidad de que el príncipe siempre tenga en cuenta el bienestar de sus súbditos al tomar decisiones, y beneficiar a las mayorías pues los amigos huyen en la lucha. Un príncipe nuevo debe armar a sus súbditos: los recelosos se vuelven fieles, los fieles se mantienen y los súbditos se vuelven sus partidarios.

En el momento en que el príncipe tiene que elegir ministros debe favorecer a los que toman decisiones por sí mismos sobre los que disciernen por otros y evitar tanto a quienes no toman decisiones en absoluto y a los que sólo piensan en su propia ganancia. Es vital cuidar del bienestar de sus ministros para asegurar su lealtad y debe pedir consejo sólo cuando él y no otros lo considere necesario, y entonces preguntar a menudo, escuchar con paciencia y ofenderse si le mienten.  Pero también dice que en caso de necesidad se puede culpar a los ministros de la severidad de las leyes o de la aplicación de justicia para salir bien librado ante el pueblo enojado.

Concluye que la fortuna sólo rige la mitad de los resultados, y la otra mitad la determinan los actos humanos y la virtud y sagacidad del príncipe (virtud entendida como arte de conservar el poder, ajena a otra definición de virtud mas noble). Es preferible ser impetuoso y no cauto, tomar las oportunidades pues solo se presentan unas sola vez, la fortuna varía.

En conclusión puedo decir, que para Maquiavelo, la conservación del gobierno de un estado  por parte del príncipe, se debe en gran medida a la fuerza, no plantea un estado eutópico, donde los ideales filosóficos predominen, si no ve la política como una lucha constante por el poder, donde la virtud para Maquiavelo es aquello que ayude a la obtención y conservación de este. El estado y los súbditos son bienes, y como bienes deben ser tratados buscando  la manera que estos no se salgan del control de las manos del príncipe.

Formas puras «a priori» de la sensibilidad: Espacio y tiempo

Introducción

 

Immanuel Kant intentaba fundamentar su ciencia metafísica en principios puros a priori, para ello utiliza el método trascendental en la búsqueda de estos principios. En este ensayo abordare el tema del espacio y el tiempo en Kant, y de cómo cumplen una función de formas puras a priori de la sensibilidad, ordenadores de las impresiones sensibles, del por qué anteceden al conocimiento sensible, buscando en ellos la universalidad y necesidad para demostrar su trascendentalidad.  

Estética trascendental

En la estética  trascendental Kant busca los principios a priori de la sensibilidad, esta la facultad humana que construye las representaciones en la medida en que el espíritu es afectado por los objetos. Por lo que la sensación es el hecho mismo de la afección, esto es la impresión. Cuando los objetos son percibidos por la sensibilidad nos proporcionan intuiciones.

El objeto de la intuición empírica es algo aún poco determinado, que deberá ser posteriormente pensado. Este objeto de una intuición se le llama fenómeno.

El fenómeno es la unidad de las sensaciones. sensaciones nos son dadas por los sentidos, y su característica primordial es la multiplicidad, ya que los datos, aunque se refieran a un mismo sujeto  cognoscente, proceden de estímulos diversos, provenientes de la realidad exterior. La forma del fenómeno, en cambio, es lo unificador, lo sintético, lo ordenador, lo determinante en la sensibilidad.

En la medida en que son formas del fenómeno, el espacio y el tiempo son las condiciones de posibilidad de los fenómenos empíricos.

En la sensibilidad existen pues estructuras anteriores a la experiencia que permitirían así las representaciones, y necesariamente estas estructuras tiene que ser a priori, es decir que no contengan ningún elemento de la experiencia. Para llegar a estas estructuras usara el método trascendental buscando la universalidad y la necesidad de sus formas, quitando de ella toda experiencia posible, y que dejando en descubierto la pura estructura, la pura formalidad de la sensibilidad .

Estas formas a priori o formas puras de la sensibilidad según Kant son el espacio y el tiempo, que no proceden de la experiencia, ni son cosas en sí, pero son los que lo hacen posible en nuestro intelecto. Estas formas de la sensibilidad, a la vez que aportan la necesidad y la universalidad a los juicios sintéticos a priori, dan como resultado el que el objeto experimentado nunca puede ser el objeto tal como es en sí mismo, sino como es captado por la sensibilidad humana. La sensibilidad aparece como pasividad, puramente receptiva, abierta al objeto al que recibe, por medio de sus intuiciones puras, como fenómeno.

El espacio y el tiempo “formas puras de la sensibilidad” 

Según Kant, el espacio y el tiempo no son rasgos que las cosas tengan independientemente de nuestro conocimiento de ellas; el espacio y el tiempo son las formas a priori de la Sensibilidad externa (o percepción de las cosas físicas) y el tiempo la forma a priori de la Sensibilidad interna (o percepción de la propia vida psíquica). Estas representaciones no tienen un origen empírico, es decir no se extraen de la experiencia sensible, sino que son su condición de posibilidad. Gracias a estas formas de la Sensibilidad, el sujeto cognoscente estructura las sensaciones proyectando todo lo conocido en la dimensión espacio– temporal (las cosas físicas en el espacio–tiempo y los fenómenos psíquicos en la dimensión meramente temporal).

Las formas a priori de la Sensibilidad (el tiempo y el espacio) se denominan también intuiciones puras: «intuiciones» porque permiten la intuición empírica (son el marco en el que se han de dar dicha intuiciones) y «puras» porque no tienen un origen empírico.

Exposición metafísica

1. Se trata, primeramente, de demostrar que el espacio y el tiempo son forma del conocimiento, es decir: que no dependen del hecho de la experiencia, sino que están supuestos en toda experiencia de hecho, que es la experiencia la que está sometida a las condiciones del espacio y del tiempo. Se demuestra así:

a) Nada puede afectarnos si no es «antes que…» y «después que…» y «al mismo tiempo que…»; y nada externo puede afectarnos si no es «al lado de…», «encima de…», etc. Toda experiencia presupone que hay «antes» y «después» y «al mismo tiempo»; y toda experiencia externa presupone que hay «al lado» y «arriba» y «abajo», distancia, exterioridad de unas cosas a otras, etc. Con esto estamos diciendo ya que las representaciones del espacio y el tiempo condicionan de antemano toda experiencia posible, lo cual es todo lo contrario de depender o «proceder» de la experiencia.

b) El espacio y el tiempo son necesarios para que se de la experiencia. No podemos imaginar que no haya espacio o que no haya tiempo, mientras que sí podemos imaginar que no haya tal o cual cuerpo (en el espacio) o que no ocurra tal o cual cosa (en el tiempo), sea cual sea el cuerpo y la «cosa» de que se trate. Tampoco podemos imaginar que el espacio o el tiempo puros tengan otra constitución que la que tienen, mientras que sí podemos imaginar cualesquiera modificaciones espacio-temporales de las cosas que se dan en el espacio y en el tiempo.

Ahora bien, todo lo que es necesario en la experiencia es a priori. Luego el espacio y el tiempo son a priori.

Exposición trascendental 

Es preciso, además, demostrar que las representaciones del espacio y el tiempo son intuición, no concepto. Esto se demuestra así:

a) Son unicos. Cuando hablamos de «espacios» y «tiempos», nos referimos a partes delimitadas dentro del espacio y el tiempo. El espacio y el tiempo están supuestos en todo «espacio» y «tiempo» determinados, ya que todo «espacio» sólo es posible por limitación en el espacio, y todo «tiempo» sólo es posible por limitación en el tiempo.

b) Un concepto es una representación que vale para una infinidad de objetos posibles en el sentido de que es una determinación que está contenida como nota común en infinidad de representaciones posibles. En cambio, el espacio y el tiempo valen para una infinidad de representaciones en el sentido de que contienen esas representaciones, es decir: las abarcan y van más allá de ellas.

Ambas consideraciones, a) y b), nos hacen ver qué es lo que se quiere decir cuando se dice que el espacio y el tiempo son magnitudes infinitas; que toda cantidad se da dentro del espacio y el tiempo, como limitación de ellos, y no los agota por grande que sea, sino que siempre es rebasada por ellos.

No pueden tener lugar impresiones si no es con arreglo a las condiciones a priori del tiempo y del espacio, condiciones que constituyen la esencia del ámbito en el cual pueden darse en general impresiones, esto es: de la receptividad del sujeto cognoscente.

A través de estas explicaciones, Kant perseguía demostrar el carácter científico de la matemática. Es una ciencia que construye conceptos. La geometría tiene su base en a posibilidad o imposibilidad de la construcción de figuras en el espacio. La geometría construye concepto de número mediante la adición sucesiva.

El espacio y el tiempo poseen realidad empírica pues se refieren a la experiencia e idealidad trascendental pues son la posibilidad de toda experiencia.

El carácter subjetivo del espacio y el tiempo lleva consigo la idealidad  trascendental del fenómeno. Lo que llamamos objetos exteriores no son otra cosa, según Kant., que meras representaciones de nuestra sensibilidad. ¿Qué son los  objetos en sí y separados de toda esta receptividad de nuestra sensibilidad? “En modo alguno podemos saberlo”, responde Kant. Pero la idealidad trascendental del fenómeno no excluye, sino que comporta, su realidad empírica. Porque tampoco es el fenómeno una mera apariencia: no se encuentra exclusivamente en el sujeto, ni tampoco en el objeto en sí, sino precisamente en la relación entre ambos y unido inseparablemente a la representación del objeto en el sujeto.

Conclusión 

Como conclusión el espacio y el tiempo en la estética trascendental de Kant, no pertenecen al objeto, a la “cosa en si”, no son una propiedad, el espacio y el tiempo, son formas puras del entendimiento, que dan un orden a la multiplicidad de impresiones que la sensibilidad recibe, no se pueden conocer en si mismos, si no a través de las impresiones sensibles, pero sin ellos el conocimiento no se podría dar, gozan de la universalidad y necesidad necesaria para formar parte de la trascendentalidad que Kant propone para fundamentar su ciencia.

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